Primeras impresiones

¡Buenas! Chicos y chicas, monos, culebras y guepardos. Me llamo Eva Sánchez y soy una de las “enganchadas” a éste maravilloso juego llamado Magic. Se podría decir que soy de las pocas féminas que se han unido a éste maravilloso mundo, bien por placer, o bien simplemente porque tenemos novios enganchadísimos a éste hobby y no nos han dejado en paz hasta que hemos echado una partida, como fue mi caso.

En el principio de los tiempos, yo no tenía ni idea de lo que era, hasta que mi maravillosa media naranja conoció a mi querido primo, Álex (para ustedes, Elengor). Se dieron cuenta de su misma afición y decidieron comenzar a jugar y, cómo no, me metieron en el saco.
No recuerdo muy bien cómo empecé, sinceramente, pero sí recuerdo como de repente me vi con un mazo de elfos que me prestó mi novio y yendo los domingos a ciertos encuentros con mis primos para jugar. Si bien es verdad que me sentía “extraña”, no tenía ni idea de qué querían decirme cuando me hablaban acerca de chump-block, cantrips o finishers, mucho más tarde me percaté de que también existían estrategias. En fin, que sentía que no encajaba, me aburría, no lo entendía y además, me sentía tonta ya que salía derrotada siempre. También es cierto que en los primeros encuentros no jugué y solo observaba (y me aburría) hasta que, al fin, comencé a jugar.

El juego en sí me frustraba, no entendía las cartas y tenía que recordar reglas como girar las cartitas, atacar, robar, etc. Que en realidad ahora que lo piensas son nimiedades pero para una chica tan novata como yo en ese tiempo (y aún sigo siendo un poco) era demasiado.
Total, que siempre perdía y perdí el interés, pero, de repente, comencé a practicar un poco más y, tras muchísimo tiempo jugando y muchas quedadas, entendí al fin el significado del juego, fui capaz de memorizar mi propio mazo y crear estrategias, es decir, que empecé a pensar un poquito, vamos. Entonces, al fin, comencé a amar el juego, comencé a ganar, aunque solo cuando practicaba en casa, nunca en torneos, aunque bien es cierto que gané un torneo de Mesita Escondía y quedé segunda en un draft… son mi consuelo y mi baza para animarme a seguir jugando, aunque sigo quedando última la mayoría de las veces y perdiendo, pero sigo aprendiendo muchísimo.
Ése es otro de los puntos que quiero resaltar en éste artículo desde mi punto de vista femenino. Mi aprendizaje mejoró gracias a mi interés, que fue creciendo más a medida que jugaba, e incluso hubo momentos en los que le pedía a mi chico jugar una partida, por placer y eso para mí era algo importante ya que, al perder tanto, el juego perdía interés por momento, pero al fin al aprender la diversión del juego, las estrategias, me interesé por aprender e incluso me animé a hacerme algún que otro mazo, cosa que aprendí en los drafts que he participado y a los que agradezco ya que me encanta hacerlos, es verdaderamente emocionante y, siendo sincera, nunca creí que lo fuera.
También quiero resaltar que mi aprendizaje mejoró gracias a toda la gente con la que he compartido una partida: mi primo Elengor, mi chico Zarco y también gente nueva que hemos conocido gracias al foro que en ciertas partidas me dieron sus consejos de buena fe y agradecí bastante.
Vamos, que a pesar de ser un juego que crea bastante competitividad, nunca te deja mal sabor de boca… bueno, miento, sí te lo deja en ciertos momentos en los que estabas a punto de ganar y no pudo ser pero, aún así, aprendes de las personas y, quieras que no, ellos aprenden de ti, de tu forma de jugar y de tu capacidad , por eso yo quiero agradecer a todos los que me enseñaron, gente que he conocido gracias al foro, gracias a los que me introdujeron en éste mundo y a los que también me aconsejaban en torneos más importantes y grandes.
En definitiva, que estoy contenta de formar parte de éste hobby, vicio, juego o, incluso yo diría, obsesión. Y mi punto de vista femenino, pienso que no hay desigualdad de capacidad en éste juego; vamos, que nos puede “zurrar” en una partidaza tanto una mujerona como un hombretón.
He aquí mi artículo y espero que os haya gustado. Volveré… si queréis.
¡Besos, boquerones! No dudéis en entrar en el mundillo de éstas cartas tan maravillosas y extrañas como ellas solas.

A continuación pongo una de mis cartas preferidas y que, no sé por qué, todos mis contrincantes odian: